Hay gente, que odia celebrar su cumpleaños, poca, pero hay. Cumplir años, es sólo una parte de lo que supone vivir y es cierto que celebrar, se puede celebrar que no se te ha muerto una planta.
Yo lo de celebrar, no lo hago por cumplir años, lo hago porque es una excusa para una juerga, por eso, además de mi cumpleaños, suelo buscar unas cien más a lo largo del año.
Sin embargo, hay un acto solemne (uno de tantos), que llevo a cabo, cada vez que cumplo años y es soplar una vela y pedir un deseo. Parece un chiste que alguien como yo, crea en los deseos, pero el deseo que pido cuando cumplo años, lo pido con toda mi alma (y todas mis copitas).
Desear, es crear un camino donde antes solo había un rastro, que creías te llevaba a lo que querías. El deseo, materializa tu intención de exploración, equivocarte, prenderte fuego, renacer y llegar hasta lo que sólo era una intención…para convertirla en realidad. No tienes que tener delante una vela, un deseo se puede pedir en la contemplación de algo que dedica todos tus sentidos a ese momento.
Los deseos varían a medida que maduramos, de ahí que vea su relación con los años, sólo tras 365 ensayos y errores, sabes lo que quieres y lo que no, para los 365 siguientes.
En mi último cumpleaños pedí un deseo, como siempre, con toda mi alma y con todas las consecuencias de asumir, que puede que fuese imposible. Puse el listón altísimo, porque no es un yate, ni ser rica, más guapa no se puede y me gusta este cuerpo porque es complicado de secuestrar…lo que pedí es tan mundano, que sólo puedo haberlo pedido yo.
No puedo contarlo, porque, si lo hago, no se cumple y para que esa simpleza ocurra, tienen que alinearse muchos planetas, de los cuales, al menos la mitad, tienen su órbita en mi…y como me conozco, sé que soy muy capaz de cargarme mi galaxia, después de haberme quedado lindísima.
No dejen de desear cosas, no anhelar, no materializar un rastro a lo que quieres, no soplar pensando…»esta vez, te pasaste»…quita todo el sentido a levantarse y levantarse muchos días, es cumplir el deseo de otro…pero tú, todavía no lo sabes, puede incluso que no llegues a saberlo nunca.
Foto: esta foto me la han mandado hoy desde el parque de Garajonay y al verla, mi primera frase fue: ¿Pediste un deseo?
2 respuestas a “El deseo”
Sea el que sea, espero que se te cumplan todos tus deseos. Por lo pronto, yo deseo que no dejes de escribir nunca.
Deseo parcialmente concedido! Pensé que desearía que dejase de cerrar bares, pero usted sabe, que ese deseo, sí que es imposible…es más viable un yate…